Primero de mayo 2024: Crónica de una represión anunciada

Primero de mayo 2024: Crónica de una represión anunciada

Una multitud volcada en las calles de Caracas sufrió nuevamente la arremetida por parte de grupos oficialistas ante la mirada complaciente de piquetes de la PNB que bloquearon su avance.

Nada nuevo bajo el sol en la capital de Venezuela en una nueva jornada de protestas frustradas que procuraban la exigencia al gobierno madurista de mejoras salariales, reivindicaciones sociales que han sido borradas de facto al no realizarse contrataciones colectivas y contra la continuación de un monto para el salario mínimo que se ha quedado estancado en una cifra pírrica, ello a pesar de que la inflación, lejos de ser controlada, sigue su avance indetenible aplastando las expectativas de quienes dependen de un salario para la subsistencia en Venezuela.

Para acallar esas voces que luchan por los derechos de la generalidad de una masa trabajadora transformada en gigantesca maquila, el autodenominado «gobierno del presidente obrero» apela no solamente al cierre de vias con piquetes antimotines de la PNB, también cuentan con elementos disuasivos que, en base a una violencia impune, ejecuta sus actos de agresión a los protestantes ante una actitud inerme de dichos cuerpos de seguridad.

Según imágenes que se pueden apreciar en un video de la cuenta en X del periodista Jesús Medina, los grupos de choque del oficialismo no sólo se dieron a la tarea de agredir a los participantes en la marcha, también despojaron de su equipo de trabajo a una fotoperiodista identificada como Gaby Oraá.

De esta nueva jornada de atropellos se desprende una sola realidad; la legislación que amparaba a los trabajadores y sus legitimos derechos ha sido derogada de facto y quien ose denunciar o tratar de protestar ante esta aberrante realidad será perseguido, encarcelado bajo acusación de fomentar el odio y practicar el terrorismo con vinculaciones retroactivas de ser necesario, es la Venezuela 2024, nada nuevo bajo el sol.

PARA ENTENDER LA CRISIS VENEZOLANA

PARA ENTENDER LA CRISIS VENEZOLANA

Venezuela es el país de la región latinoamericana cuya conformación étnica, derivada de los flujos migratorios que históricamente ocurrieron durante los siglos XIX y XX por distintos motivos, llegó a convertirse en la admiración del resto de la región. Esa conformación les permitía a sus mujeres ser portadoras de los más finos rasgos de los caucásicos europeos, la voluptuosidad de las curvas heredadas de su raza negra y una piel cobriza característica de la raza indígena, pocas variedades de grupos humanos pueden exhibir tal combinación.

Este país caribeño tiene además una riqueza descomunal que yace en su subsuelo y que en épocas pretéritas y presentes ha sido origen de las riquezas más colosales de algunos magnates que, petroleros o no, han sabido interpretar el mapa de la elaboración de la riqueza que yace en las entrañas de la sociedad y que se puede extraer mediante trabajo tesonero en el campo de la producción industrial y más recientemente de la tecnología a través del entretenimiento.

Para el año de 1999, el chavismo llega al poder y se topa con las inmensas riquezas generadas desde la cuarta empresa petrolera más grande del mundo para aquel momento (Pdvsa). El país se percibía pujante y con uno de los mejores niveles de vida de toda la región.

El resto ya forma parte de la historia. Chávez asume el erario público como una hacienda particular y comienza un festín con el dinero de los venezolanos cargándose a la vez el pago de deudas colosales como la de Argentina, financiando a Ecuador, Bolivia, Nicaragua, países del Acuerdo de San José, rescatando a Fidel Castro (que no a Cuba) y hasta países como Honduras llegaron a recibir dosis de una injerencia representada en financiamientos a fuerzas políticas afines a Manuel Zelaya.

La corruptela campea en la Venezuela de la primera década del 2000, y se desata aún más luego de la deposición fallida de Chávez del poder y del paro petrolero en 2002-2003. Ahora surgen las misiones, estructuras paralelas sin rendición de memoria y cuenta a las cuales se dota de colosales sumas que apuntan a los rubros de Salud, Alimentación, Transporte y Servicios. Se emprenden grandes obras cuya ejecución es asignada “a dedo” y sin aval alguno por parte de las empresas que son conformadas apenas meses antes, de allí que son señaladas y bautizadas como “de maletín”.

Para la época de 2010-2012, el connubio entre los gobernantes de Argentina y Venezuela apuntan al desarrollo de la renovación del parque eléctrico en esta última, nuevamente se mueven colosales sumas, muchas veces en efectivo, que van desapareciendo junto a los encargados de realizar las obras y contratar la compra de moderno equipos. Para ese momento, Jesse Chacón es el ungido por el gobierno para ejecutar importantes renovaciones y colosales obras que nunca se realizaron.

¿Pero qué ha ocurrido en la Venezuela que subsiste actualmente para el año 2019 en medio de la más atroz crisis de país alguno en tiempos de paz de los últimos cien años?

Para inicios de 2019, se preveía una lucha sin cuartel entre opositores que reclamaban la ilegitimidad de Nicolás Maduro a raíz de la conclusión de su legítimo mandato ocurrida el 10 de enero y que pretende darle continuidad tras unas elecciones que se realizaran el 20 de mayo de 2018 de manera amañada de la mano de una constituyente que, al más puro estilo cubano, pasó a erigirse en un órgano supraconstitucional que, amén de ususrpar las funciones legislativas, jamás modificó ni una letra del texto constitucional.

Tan descarado montaje también les llevó a realizar una “juramentación” para un nuevo período el 24 de mayo de ese mismo año.

En medio de este “estira y encoge” por el poder, en el estado Zulia, de mayoría abiertamente  opositora, se había logrado imponer a Omar Prieto, un elemento del chavismo, para sustituir a Juan Pablo Guanipa, para ello se valieron del agotamiento de la población que lograron percibir ocurría tras los continuos apagones que sufría la sociedad zuliana.

Ese agotamiento se percibía luego de muchas horas sin luz y con las comunicaciones rotas lo que impedía realizar llamados a la rebelión ciudadana. La mejor salida que el chavismo encontraba a la explicación de la debacle eléctrica era mantener al frente del Servicio Eléctrico Nacional a una persona de demostrada ineptitud como Luís Motta Domínguez y señalar que la debacle se debía a actos de sabotaje.

De esta suerte de “laboratorio” surge para el chavismo la “tabla de salvación” ante la llegada de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, único poder nacional independiente del Estado y cuyo accionar se ha ido convirtiendo en el detonante para que un pueblo oprimido y sometido por el hambre y las necesidades salga de forma masiva a las calles a exigir ese cambio que pasa por el cese de la usurpación chavista y la convocatoria a elecciones sin la tara del CNE que se ha casado de manera abierta con los intereses del régimen.

Desde el día 7 de marzo, con el primer apagón, también el régimen pudo apreciar que podía amainar las turbias aguas en las cuales navegaba, el terror y el dolor desde entonces han limitado la llama libertaria y aun así, Maduro ha invocado el apoyo de Rusia para traer, sin la aprobación de la Asamblea Nacional, a una misión militar a suelo venezolano.

En hospitales el genocidio ha sido notorio, sin embargo, la falta de información impera ya que los periodistas y reporteros corren el peligro real de ser secuestrados e incomunicados por tratar de recabar la información de lo que ocurre en centros asistenciales, los equipos desaparecen, por supuesto, y los médicos y personal que labora en aquellos centros son amenazados para lograr acallar la espantosa realidad que se vive en cada uno de ellos.

Al igual que la tragedia ocurrida en Vargas en 1999, la cruenta realidad solo puede captarse estando en el país y recorriendo calles y avenidas donde la población, mal alimentada, sin transporte y sin poder realizar sus necesarias compras al carecer de efectivo ya se asemejan a fantasmagóricas procesiones que deambulan sin saber que más pueden hacer ante la indolencia internacional que se ha negado a liberar a una pujante nación que pasó a convertirse en rehén de un régimen que está “dispuesto a lo que sea” con tal de no salir del poder, para lograr mayor solidez, ha apelado a la destrucción de la moneda con lo cual la casta dominante y su cohorte maximizan su riqueza mientras la pobreza se apropia del resto de los ciudadanos.